Tener mayor proporción de un tipo u otro es, al menos en parte, una cuestión de género.La abultada "barriga cervecera", también conocida como "curva de la felicidad", se produce por una acumulación típicamente masculina de lípidos en el abdomen, que define una morfología llamada de "manzana".Por el contrario, las mujeres obesas suelen exhibir caderas, glúteos y muslos prominentes, luciendo una figura en forma de pera.
Más allá de la estética, discernir la clase de obesidad que sufre un individuo resulta fundamental para valorar el riesgo cardiovascular al que está sometido.Según aseguran los expertos, la gordura abdominal predispone a la acumulación de colesterol y aumenta la probabilidad de sufrir un ataque al corazón.La grasa periférica femenina, por el contrario, puede ser considerada benigna desde el punto de vista médico.
En resumidas cuentas, es mejor ser pera, que manzana.
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